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La Casa de Reino: El Valor del Consejo en la Restauración del Diseño Original
Proverbios 11:14 dice: “Donde no hay dirección sabia, el pueblo cae; más en la multitud de consejeros hay seguridad.”
Este poderoso principio revela una Verdad eterna: sin consejo recto, los individuos, las familias y las naciones terminan en ruina. Es una advertencia divina: cuando se elimina la fuente de consejo del Reino —la Palabra viva, la voz del Espíritu y los diseños eternos de Dios—, las personas quedan expuestas a error, confusión y destrucción.
Esto es precisamente lo que ha ocurrido durante siglos. El sistema eclesiástico católico-romano, surgido No del Reino, sino de una mezcla pagano-religiosa, suplantó el consejo y la enseñanza del Reino por tradiciones humanas. En vez de edificar Casas de Reino, se edificaron templos, catedrales y estructuras jerárquicas que jamás estuvieron en el diseño original de Yeshúa.
Cristo vino a Anunciar el Reino de Dios, no una religión. Su consejo no era crear un sistema religioso, sino Transformar Familias en Casas de Reino, es decir, hogares donde el Rey gobierna, Su Palabra establece los principios y Su Espíritu guía las decisiones.
Cuando se elimina este consejo — cuando el Reino no se enseña correctamente y se introduce un consejo religioso desviado — el pueblo cae. Esto explica por qué durante siglos millones han vivido en oscuridad espiritual, en confusión doctrinal, en sistemas religiosos que no reflejan el Reino.
Ahora bien, ¿qué es una Casa de Reino? Es un hogar donde:
- El consejo de Dios es el fundamento de la vida familiar.
- El Padre (como ministro del Señor y guía espiritual) busca sabiduría en la Palabra y en el Espíritu, y consulta a consejeros del Reino.
- Se honra la multiforme sabiduría de Dios, expresada en la diversidad de ministerios dados por Cristo (EFESIOS 4:1).
- Las decisiones importantes se toman bajo dirección divina y consejo sabio, no por opiniones humanas ni tradiciones religiosas. Por el contrario, el modelo religioso eclesiástico enseñó por siglos que el consejo debía venir exclusivamente de un clero profesionalizado (obispos, sacerdotes), marginando el diseño original que empodera a los padres y las familias como parte del diseño divino desde la creación en el Edén. Dios creó una Familia Real.
Hoy, al restaurarse el mensaje del Reino, la urgencia es que las familias se conviertan en Casas de Reino. Y para esto, Proverbios 11:14 es clave: El consejo de Dios —no la religión— es el que levanta las familias, trae gobierno justo, edifica generaciones y establece la paz.
Por eso, en este proyecto que estamos por lanzar en pocas semanas —a través de YouTube, Zoom e Internet—, el énfasis será:
- Devolver el consejo del Reino a las familias.
- Restaurar el diseño del hogar como centro del Reino.
- Equipar a padres, madres e hijos para vivir bajo el gobierno del Rey.
Así:
- Los padres podrán gobernar con sabiduría.
- Las madres se levantarán como mujeres de Reino.
- Los hijos crecerán bajo el diseño divino, no bajo la confusión del sistema religioso.
Una Casa de Reino no necesita templo religioso ni altar humano: es un hogar gobernado por el Rey, lleno del consejo de Dios, donde el Reino se vive y se extiende.
Y desde esas Casas de Reino:
• Tomaremos lugares públicos para el evangelismo personal y masivo.
• Nos reuniremos semanalmente en espacios abiertos para el entrenamiento y capacitación en las Escrituras.
• Formaremos hogares llenos de la presencia y gobierno del Espíritu de Dios.
Desde tu Casa de Reino se inicia el evangelismo del Reino, tal como lo hizo y enseñó Yeshúa, Pablo y los apóstoles.
Nosotros somos el templo del Espíritu Santo (1 CORINTIOS 6:19) y estamos equipados para establecer el Reino de Dios en la Tierra, comenzando en cada hogar, para luego alcanzar toda la comunidad y la sociedad.
El Modelo Apostólico: Evangelismo desde los Hogares. El apóstol Pablo usó los hogares como la base de su ministerio. Un ejemplo claro es Priscila y Aquila, quienes no solo hospedaron a Pablo, sino que también participaron activamente en la proclamación del Reino. Su hogar sirvió como Casa de Reino y centro de actividades misioneras.
Ejemplos:
- Priscila y Aquila: Este matrimonio, además de ser colaboradores de Pablo, abrieron su hogar para que sirviera como lugar de reunión para la iglesia primitiva. Su casa se convirtió en un centro de evangelización en Corinto y Éfeso.
- Ministerio conjunto: Priscila y Aquila, junto con Pablo, enseñaron y capacitaron a otros, como se ve en el caso de Apolos. Pablo reconoce su labor y los describe como colaboradores en Cristo Jesús.
- Hospitalidad y apoyo: La pareja ofreció hospitalidad a Pablo, lo que le permitió establecerse en Corinto y desarrollar su ministerio allí. Su hogar fue un refugio y un lugar de encuentro para los creyentes.
En resumen: El ejemplo de Priscila y Aquila ilustra cómo los hogares eran centros de evangelización y apoyo para el ministerio del Reino en tiempos apostólicos. El trabajo conjunto de líderes y creyentes —hombres y mujeres— fue fundamental para la expansión del Reino.
Hoy, como en el principio, el Reino avanza desde los hogares, no desde estructuras religiosas. Y ahora es el tiempo de volver a ese diseño original.
Convocatoria: ¡Es tiempo de levantar las Casas de Reino!
El evangelismo que enseñaron Yeshúa, Pablo y los apóstoles no fue un evangelismo religioso, ni cristiano, ni judaizante, ni eclesiástico. Fue un evangelismo del Reino, un anuncio profético, público y personal, que proclamaba la llegada del Reino de Dios y su establecimiento en la vida de las personas, las familias y las comunidades.
Este evangelismo de Reino:
- Iba directamente a los hogares.
- Formaba y capacitaba a las familias como Casas de Reino.
- Desde allí, ocupaba los lugares públicos (plazas, mercados, sinagogas, escuelas, calles) para anunciar y manifestar el gobierno de Dios.
Desde el día de Pentecostés (Shavuot), cuando 120 fueron llenos del Espíritu Santo (HECHOS 2), se abrió la nueva era del Reino: Pedro, con las llaves del Reino, anunció públicamente el cumplimiento de las profecías de David sobre el Reino de Dios. Y desde ese día, el mensaje fue el Reino, como se ve en todo el libro de los Hechos:
HECHOS 2: Anuncio del Reino de Dios, no de una religión.
HECHOS 8: Felipe enseñaba las buenas noticias del Reino.
HECHOS 14: Se establecían discípulos para el Reino.
HECHOS 15: En el concilio de Jerusalén se discutía el restablecimiento del Reino en la Tierra.
HECHOS 19 y 28: Pablo proclamaba el Reino de Dios en las ciudades.
Ese es el evangelismo que debemos restaurar Hoy:
- No evangelismo cristiano-religioso.
- No evangelismo judaizante.
- No evangelismo eclesiástico.
- Sino evangelismo de Reino: anunciar que el Rey ha venido, Su Reino está presente, y Su gobierno debe ser establecido en cada corazón, cada familia, cada territorio.
¿Qué es el evangelismo de Reino? Es la proclamación de que:
- El Reino de Dios ha llegado (MATEO 4:17).
- El Rey gobierna y Su Palabra transforma.
- Las familias son llamadas a convertirse en Casas de Reino, templos vivos donde Su Espíritu habita.
- Desde allí, el Reino se extiende a la sociedad, las calles, las ciudades, las naciones.
Por eso Hoy te hacemos una invitación:
A todas las familias que anhelan ser parte de la restauración del Reino.
Prepárate para este gran proyecto que lanzaremos en breve por YouTube, y Zoom.
Un movimiento profético para:
• Formar familias como Casas de Reino.
• Equiparlas con consejo sabio, diseño apostólico y entendimiento profético.
• Capacitarlas para proclamar el Reino en su entorno y ocupar los lugares públicos como testigos del Rey.
El tiempo de depender de sistemas religiosos ha terminado. El Reino de Dios se establecerá en cada hogar, para que desde allí sea anunciado con poder en todas las naciones.
¡Es tiempo de levantar las Casas de Reino!, ¡Es tiempo de restaurar el evangelismo de Reino!, ¡Es tiempo de preparar la manifestación plena del Reino del Rey en esta generación!
Todos pendientes al inicio de este poderoso Curso: “Cómo transformar tu familia en una casa de en reino…y Resplandece tu comunidad”
Llámanos al +58 (424)634-9097 e infórmate y no te lo pierdas por nada del Mundo…
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Dr. Jorge Porras Benedetti